sábado, 21 de agosto de 2010

Ojos verdes...

“El color de sus ojos verdes hace que puedas ver el mar. Eso te enamoró de ella. La buscas entre la  multitud y sólo consigues hundirte en el pozo de la desesperación. El accidente se ha cobrado muchas víctimas y piensas lo peor. Llegas al final del pasillo y allí la ves, sentada, intentando secarse las lágrimas. Ya estás más tranquilo; el mar no se ha secado. Te acercas con pasos silenciosos y te sientas a su lado. Recuerdas los últimos instantes en el barco, antes del accidente. Tus ojos han robado el color al mar, le dijiste. Cásate conmigo, te contestó. Os besasteis y probaste la sal de su boca. Ahora ella recuerda lo mismo y se pasa un dedo por sus labios, intentando retener el momento. Pasas tu mano por su cabello y le acaricias la mejilla. Siente un escalofrío, mira de reojo y vuelve a llorar. Tienes que irte; a los muertos nadie os espera, sólo os recuerdan. Sabes que ella estará bien, náufraga en su propio mar. Tu alma perdida se monta en la última barca y cruzas el horizonte. Miras atrás y sólo ves el mar”

1 comentario:

  1. Me encanto este microrrelato. ;-)
    Gran delicadeza:
    "Tienes que irte; a los muertos nadie os espera, sólo os recuerdan. Sabes que ella estará bien, náufraga en su propio mar. Tu alma perdida se monta en la última barca y cruzas el horizonte. Miras atrás y sólo ves el mar”
    Me encanta éste final.

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